Científicos de la Universidad Tecnológica de Chalmers, Suecia, han desarrollado un sistema que permite almacenar energía solar por más de una década en forma líquida.
La importancia de almacenar la energía solar, recae en la intermitencia de las energías renovables. La intermitencia presenta un desafío necesario de superar. En los últimos años, se han buscado sistemas de almacenamiento económicos y competitivos.
Desde hidrogeno, bombeo hidroeléctrico o almacenamiento de energía mediante aire comprimido, por mencionar algunos. Las mas utilizadas: Almacenamiento en Baterías. Sin embargo, su precio aun es elevado. Así mismo, sigue en constante innovación.
Batería termofovoltaica. Innovación en almacenamiento.
Se trata del método MOST – Sistema Solar Térmico Molecular (por sus siglas en ingles) – consta de moléculas de carbono, hidrogeno y nitrógeno que, al entrar en contar con la luz solar, cambian sus propiedades químicas. De esta manera, es posible almacenar energía en forma líquida, para su uso de noche o en invierno.
“Esta es una forma radicalmente nueva de generar electricidad a partir de la energía solar. Significa que podemos usar la energía solar para producir electricidad independientemente del clima, la hora del día, la estación o la ubicación geográfica”, Kasper Moth-Poulsen, profesor del Departamento de Química e Ingeniería Química de Chalmers. “Es un sistema cerrado que puede operar sin generar emisiones de carbono”.
Desarrollo en diversas universidades.
Los científicos llevan mejorando el fluido desde 2017. El isómero se puede almacenar hasta 18 años y seguir aportando calor a altas temperaturas, aun pasado ese tiempo. El fluido cambia su estructura atómica pasando por un catalizador. Su cambio de estructura le permite elevar su temperatura hasta 63° C. (113 Fahrenheit).
Junto con los diversos grupos de investigación incluidos en el proyecto, ahora estamos trabajando para optimizar el sistema. Es necesario aumentar la cantidad de electricidad o calor que puede extraer. Incluso si el sistema de energía se basa en materiales básicos simples, debe adaptarse para que su producción sea lo suficientemente rentable y, por lo tanto, sea posible lanzarla de manera más amplia”, dice Kasper Moth-Poulsen.
Al obtener la combinación molecular, los científicos de Suecia enviaron a la Universidad Jiao Tong en Shanghai, donde liberaron la energía para estimularla con el generador. Es decir, los investigadores lograron “enviar energía almacenada” de un lugar a otro.
De igual manera, científicos del MIT desarrollan un prototipo para una vivienda.
Al fluido le denominan combustible solar.
“Un combustible solar térmico es como una batería recargable, pero en lugar de electricidad, se pone la luz del sol y se saca el calor, lo que se activa cuando se solicita”, explicó Jeffrey Grossman, un ingeniero que trabaja con estos materiales en el MIT.
Moth-Pulsen considera que la tecnología podría comercializarse en un periodo de 10 años.